Llego a casa a las 5 de la tarde y tengo ganas de darme un bañito lindo con música pacífica, comer algo y descansar, leer o hacer algo tranqui.
No se puede todo, no se puede cumplir con todo, todos y uno mismo también. Hay que elegir.. siempre elegir.
Tema sensible el de las prioridades y las elecciones; aún así insisto en que lo más sano para el corazón es seguir las voluntades más profundas y desligadas la influencia ajena (idealmente, claro está – estoy sugiriendo una tarea irrealizable). De lo contrario, aunque muy ocasionalmente necesario, nos vemos coaccionados a seguir caminos de dudosa consistencia.
ResponderEliminarEn fin... como decía mi abuelo: “peor que arrepentirse por uno es arrepentirse por los demás”.